El valor del oro no ha cambiado a lo largo de la historia, lo que cambia es su precio, su cotización.
La razón es que el precio del oro se fija en dólares, que es una moneda fiduciaria, en mercados dominados por un pequeño número de gigantes bancarios.
Las monedas fiduciarias (las habituales de curso legal) se crean a voluntad, sin coste material: cuesta lo mismo crear 1 millón que 1.000 millones, es una orden en un teclado de ordenador.
El valor de las monedas fiduciarias está desconectado de la realidad de la economía, es totalmente aparente.
El precio permite comparar el valor de los bienes para el comercio. Así podemos evaluar si un bien es caro o barato, comparando con otros bienes que pueden adquirirse por ese mismo precio.
El precio se fija principalmente en Londres y en Nueva York, en dólares. Son mercados principalmente financieros, es decir, tan solo el 2% de las transacciones conllevan la entrega física de oro.